1) Cómo responder a la pregunta de “¿Por qué no camina?“
Es lo más normal que los niños pregunten “¿por qué no camina?”, o “¿por qué no habla?“ o “¿por qué no puede hacer tal o cual cosa?“ Los niños son curiosos por naturaleza y no tienen filtros, lo cual es una de sus mejores cualidades – aunque a veces nos pongan en situaciones embarazosas-. Si tu hijo es pequeño, decirle: “Es que se lastimó un poquito” puede ser suficiente. Si tu hijo es más grande, debes ser honesto, siempre buscando usar palabras sencillas que tu hijo pueda entender. “No sé exactamente la razón, probablemente sus piernitas no le hacen caso cuando quiere caminar, tal vez le pasó algo que no permite que se comuniquen”.
Lo maravilloso es que cuando le hables con la mayor claridad posible y tu hijo sienta que ya entendió, cualquier indicio de miedo ante la discapacidad desaparece.
2) No te enojes cuando tu hijo tenga curiosidad.
Es muy loable que los papás quieran asegurarse de que sus hijos no ofendan a otros niños, sin embargo, debes evitar enojarte cuando tu hijo te hace preguntas sobre la discapacidad. Si te enojas frente a sus preguntas, tu hijo puede crecer pensando que la discapacidad es una cosa fea o mala. Miedo, pena o rechazo son sentimientos que no quieres que tus hijos sientan frente a la discapacidad, ya que eso generará que no quieran acercarse o ser amigos de un niño con discapacidad.
3) Enséñale que ser diferente no es algo negativo.
En lugar de contarle una historia triste o trágica a tu hijo cuando te pregunte sobre un niño con discapacidad, es mejor que le expliques con claridad lo que pasa, y que luego le digas “pero no pasa nada, el mundo está lleno de personas diferentes”. Esto es vital, no sólo para que tu hijo entienda la discapacidad como algo que simplemente existe, sino para que entienda que hay muchas otras diferentes personas con las que se encontrará en su vida, y que él mismo será “diferente” de otros en algún aspecto. Esto lo ayudará a crecer con más seguridad en sí mismo, menos prejuicios y más feliz.
4) Siempre pregunta antes de ayudar.
Muchos papás con buena intención tratan de enseñar a sus hijos a que ayuden a las personas con discapacidad. Pero es muy importante enseñarles a preguntar primero, porque con eso les enseñamos a ver al otro niño como una persona autónoma, que puede tomar decisiones y a tratarlo con respeto.
5) Un niño con discapacidad no está indefenso y también le gusta jugar.
También, puedes enseñar a tu hijo a que, si quiere acercarse al otro niño, no necesariamente tiene que ser para tratar de ayudarlo en algo, si se quiere acercar para saludarlo, darle una sonrisa, platicar con él o invitarlo a jugar, déjalo y trata de que vea que aún con las diferencias, puede encontrar la manera de convivir con él o ella. Ese niño con discapacidad quiere lo mismo que tu hijo, quiere aprender, divertirse, jugar y ser feliz. Enséñale que es como cualquier otro niño.
6) Ten cuidado con tu propia reacción.
No es ningún secreto que los niños son como esponjas y que de inmediato se dan cuenta de lo que están sintiendo sus papás. Ponerte nervioso, incómodo o con miedo frente a personas con discapacidad hará que tu hijo se sienta exactamente igual. Trata de poner tus propios sentimientos a un lado por el bien de tu hijo. Responde de manera positiva y calmada y lo mismo hará tu hijo. Si tu hijo empieza a aprender esto desde chico de forma natural, crecerá para ser un adulto que haga lo mismo.
7) Mirar por diez segundos no afecta a nadie.
Los niños tienen todo el derecho a quedarse viendo a otro niño que ven como diferente –están descubriendo el mundo-, mientras no sea por demasiado tiempo. Puedes decirle a tu hijo, “¿quieres preguntarme algo sobre ese niño? ¿Quieres que nos acerquemos a saludarlo o a preguntarle algo a su mamá?”
8) El niño con discapacidad, en general, no vive con dolor.
A los niños puede angustiarles pensar que el otro niño tiene dolor, y les puede ser difícil manejarlo o querer acercarse a ese niño. Es importante enseñarle a tu hijo que simplemente le cuesta más trabajo hacer ciertas cosas, pero que es un niño feliz. Eso hará que a tu hijo le sea más fácil relacionarse con él.
9) Los niños con discapacidad también pueden ser divertidos.
Cuando te sea posible, lleva a tu hijo a ver una película, o léele un cuento, o juega con él un juego que muestre a la discapacidad con una luz bonita y positiva. Es bueno que tu hijo vea niños con discapacidad involucrados en actividades divertidas, riéndose.
10) Promueve que haya ambientes en que tu hijo pueda convivir naturalmente con niños con discapacidad.
Las actitudes que tú tomes frente a la discapacidad y la manera en que se la expliques a tu hijo, tendrá efectos muy importantes en su manera de ver las diferencias. Pero lo que más logrará este efecto, será si tu hijo puede convivir cotidianamente con niños diferentes a él. Te sugerimos que de manera activa promuevas la inclusión en la escuela en la que está tu hijo, porque este es el ambiente que por naturaleza puede fomentar la igualdad y la no discriminación.